domingo, 27 de agosto de 2017

Entrevista a Sergio Ortiz sobre la China Popular

Sergio Ortiz, secretario general del PL (Partido de la Liberación) de Argentina, periodista y miembro de MASCUBA (Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba).

1. ¿Qué opináis en el PL sobre la China Popular y su papel en la actual geopolítica?
El PL considera a China Popular como un país socialista, desde que Mao Zedong la proclamó como tal el 1 de octubre de 1949 en la tribuna de Tiananmen. Por supuesto, a lo largo de estos casi 68 años, se han aplicado determinadas políticas, ciertas líneas o planes económicos con diferencias entre una época y otra, pero sin afectar la esencia del socialismo. El suyo es un gobierno de obreros y campesinos con socialización de los medios de producción esenciales.

La política interna y externa de China, con matices, reflejan su condición de socialista. De allí que juega un papel positivo en la geopolítica, en la medida que junto a otros gobiernos socialistas como Cuba, y con otros países tercermundistas como Irán y Siria, y en general de los No Alineados, por un lado, y junto a Rusia, han logrado entre todos romper con el mundo unipolar que soñaron el imperialismo yanqui y sus socios europeos después de la implosión de la ex URSS en diciembre de 1991.

2. ¿En China existe un libre mercado?
No en términos absolutos. En China hay un plan estatal quinquenal, con fuerte intervención del Estado en la economía, las finanzas, la infraestructura, el comercio exterior, la valoración de su moneda el yuan, para no hablar de todo lo relacionado con la seguridad nacional.
En ese marco, sí juega un rol importante el mercado, para comprar y vender, invertir y crear empresas privadas o mixtas o de asociación con capitales extranjeros y aún extranjeras propiamente dichas.

El grueso de la economía es estatal. En un seminario realizado en 2015 en la Universidad Nacional de Córdoba con participación de la agencia Xinhua hubo exposiciones de varios especialistas y doctores sobre la realidad de China. Los expositores no eran comunistas sino profesores argentinos. Y a uno de ellos, Gustavo Girado, que hace los postgrados en la Universidad Nacional de Lanús, muy versado en China, le pregunté sobre las proporciones en la economía. Me contestó: “el 70 por ciento de la economía es estatal y el 30 por ciento privado; la tierra es estatal igual que los bancos, y las compañías chinas que salen al extranjero son estatales”. Girado acaba de publicar un libro encomioso sobre ese país, titulado “¿Cómo lo hicieron los chinos?.
O sea que se da la concurrencia, no exenta de tensiones, entre el Estado y el mercado, con el primero jugando el rol hegemónico y directriz. De allí los reclamos del imperialismo y las amenazas de la administración Trump, las exigencias de la Organización Mundial de Comercio y ahora los nuevos chantajes de EEUU de perseguir comercialmente a China.
Desde el punto de los dogmas, puede objetarse tal modelo de socialismo con peculiaridades chinas. Desde el punto del funcionamiento y los resultados beneficiosos, dentro y fuera de China, hay poco para reprochar.
Por otro lado, en ausencia de dogmas o libretos rígidos sobre cómo se debe construir el socialismo en un país originalmente atrasado, como era China, hay que admitir que está bien explorar estas vías peculiares. Es lo que, con sus propios rasgos, hacen Cuba y Vietnam, los otros dos países socialistas.
Quiero agregar que a nosotros, del PL de Argentina, también nos ayudó esa concepción del socialismo con peculiaridades chinas, en el sentido que nos llevó a revalorar más la historia y la cultura nacional argentina, el legado sanmartiniano y bolivariano de la Patria Grande Latinoamericana, el antiimperialismo, el ALBA, etc.

3. China exporta capital extranjero, se suele acusar a China de imperialista con este argumento ¿Los países socialistas no exportan materias primas para desarrollarse?
China no exporta “capital extranjero”. China generalmente ofrece créditos ventajosos de sus bancos, para obras en países extranjeros, que no es “exportar capital extranjero”, es prestar capital chino con una tasa de interés anual razonable donde ganan ambas partes (la teoría del win-win).
Por ejemplo, sus bancos prestaron 5.000 millones de dólares para construir en la provincia de Santa Cruz dos centrales hidroeléctricas que aumentarán en 10 por ciento la capacidad de generación eléctrica en Argentina. Hubo una licitación internacional y ganó una UTE o asociación entre una empresa china y la argentina Electroingeniería. Si la obra se lleva a cabo -pues hubo y hay fuertes presiones contrarias del gobierno de Macri y empresas de la gran burguesía-habrá 5.000 nuevos empleos directos y 5.000 indirectos y aquel aumento de la generación eléctrica, para abastecer pueblos e industrias. 

hidroelectrica argentina
 
China exporta materias primas, pero también productos industriales y servicios, y está en su derecho. Del mismo modo, compra al mundo lo que necesita, generalmente materias primas, en el caso de Argentina productos agrarios y mineros. No nos satisface ese intercambio, porque no permite un desarrollo industrial abarcativo de nuestro país, pero no es culpa de China sino de los sucesivos gobernantes argentinos afectos al modelo extractivista, sojero y minero. No es culpa de Beijing. Esto es particularmente cierto en el gobierno de Macri, que plantea como su modelo ser “el supermercado del mundo”.

4. ¿Por qué China ha aprobado las sanciones contra Corea del Norte?
La posición china nunca fue contraria a Corea del Norte ni tampoco equidistante en el conflicto en la península coreana. Basta recordar que un millón de voluntarios del pueblo chino combatieron solidariamente en esa guerra entre 1950-1953 y allí murió un hijo de Mao. Son pueblos hermanos que vienen de una misma nación histórica y desde mediados del siglo XX están unidos por la causa socialista.

Recientemente la China de Xi Jinping ha ratificado la amistad con la Corea de Kim Jon un, reclamando a ambas partes del conflicto que tengan moderación y abran negociaciones pacíficas. En un momento dado la RPDC probó misiles cuando le había ordenado la ONU que los suspendiera, eso dio lugar a una sanción que China avaló o al menos no vetó. Pero inmediatamente quedó claro cuál es su blanco, porque el canciller chino y su presidente reclamaron a Rex Tillerson y Donald Trump que aceptaran negociar con Corea y quitaran su escudo antimisiles THAAD en Corea del Sur y dejaran de hacer sus ejercicios navales y aéreos con Corea del Sur, ejercicios que actualmente están en curso.

5. China va progresivamente eliminando la pobreza ¿Cuál ha sido la receta de la RPCh para este proyecto?
Efectivamente China viene logrando sus mayores éxitos en disminuir la pobreza. Según el Banco Mundial sacó a 800 millones de personas de la pobreza en los últimos 20 años. Ningún otro país logró un éxito semejante, ni siquiera en términos relativos, no digamos en números absolutos. Así el gobierno de Xi ratificó que para el año 2020 logrará duplicar el producto bruto interno, con lo que se alcanzará un nivel de vida razonablemente próspero para todos sus habitantes. Y para 2049, en el centenario de la revolución, el objetivo es llegar a ser un país moderno, avanzado y con mayores ingresos para los chinos.
La “receta” es la línea política que mencionábamos: mantener el centro en la economía estatal, con mucha inversión productiva y en ciencia y técnica, darle prioridad en los últimos años al mercado interno sin descuidar la exportación y los mercados externos, elevar el nivel cultural del pueblo, atraer la inversión extranjera en condiciones de ganancias para ambas partes, copiar y crear tecnología, etc. 
Xi Jinping visita la pobreza en China

Y un reaseguro político que no se puede olvidar: el rol directriz del Partido Comunista de China y del Ejército Popular de Liberación con 2 millones de soldados bien unificados en políticas y mejor armados. 
 
Hay gente que critica a China desde la “izquierda” pero debería reflexionar a la luz de las campañas y amenazas del imperialismo en su contra. EE UU ha dicho ya desde el año 1997 que el centro de la disputa para asegurar un “siglo americano” es la región Asia-Pacífico. Y que allí viene concentrando el 80 por ciento de su fuerza militar. Obviamente que apuntan contra China. Tiran políticamente contra Corea del Norte pero por elevación sus misiles apuntan contra Beijing.

6. ¿Por qué EE.UU y la UE acusan a China de "nuevo colonizador de África"?
Yo diría que “el ladrón grita al ladrón”. China no comete en África los delitos del imperialismo y del colonialismo, no esclaviza a nadie. Compra productos de ese continente y les vende sus mercaderías. No invade ni derroca gobiernos como el imperialismo en el Congo en los ‘60, ni avala el apartheid de los sudafricanos hasta que llegó Nelson Mandela. China no tiene bases militares en África sino una sola en Yibouti, que protege las rutas marítimas de la piratería, nada más, y por pedido de ese gobierno.
Es al revés. China ayudó a establecer líneas férreas y trenes, para el primer ferrocarril eléctrico transfronterizo de África, que une Addis Abeba en Etiopía con Yibouti, y que comenzó a operar en octubre pasado. Esto redujo el tiempo de viaje entre los dos países de siete días a sólo diez horas. 
 Además, África está dentro de los continentes que serán parte de la nueva Ruta de la Seda por vía terrestre y marítima, que es el gran plan de China para enlazar a 60 países o más, que implican al 30 por ciento del producto bruto mundial. Yo no veo allí imperialismo sino ayuda y negocios con el Tercer Mundo, de beneficio recíproco.

7. ¿Se realizó alguna reforma agraria en China a pesar del fracaso del gran salto adelante?
Una cosa fue la reforma agraria de China, que se hizo y se avanzó hacia las cooperativas y comunas. Desde 1978 en adelante eso tuvo cambios en detrimento de la socialización y a favor del enriquecimiento de los campesinos, según la línea de Den Xiaoping. De todos modos la tierra sigue siendo del Estado, de todos, pero en la práctica son los colectivos campesinos los que siembran y cosechan y se quedan con buena parte del producto, entregando al Estado otra parte del producto a un precio convenido, o su equivalente en impuestos.

Otra cosa fue el “gran salto adelante”, de industrializar el país de rompe y raja, donde hubo quizás idealismo y planes no basados en la realidad. De todos modos, el objetivo de una China como potencia industrial se consiguió más tarde, con otras políticas. Hoy la industria china está en la punta del mundo. Y su economía es la segunda del orbe, o la primera, según cómo se midan las distintas variables. El gran salto fue dado, aunque para ello debieron dar algún paso atrás y usar una garrocha (el mercado y reformas no previstas en los años ‘60).

8. ¿Es verdad lo que dice occidente de China protege a empresarios corruptos?
Falso. Una prioridad del gobierno chino actual de Xi Jinping, como el anterior de Hu jintao y su predecesor Jiang Zemin es combatir la corrupción, tanto a nivel de empresarios como del mismo partido y Estado chino. Es un alto objetivo del XVIII Congreso nacional del PCCH y del próximo que harán este año.


Muchos funcionarios han sido apartados, expulsados y enjuiciados, también condenados, por causas de corrupción. En diciembre de 2016 se leía en “Análisis de Xinhua: Campaña de frugalidad frena corrupción y gana popularidad en China” (Spanish.xinhuanet.com 2016-12-05): “De acuerdo con el órgano anticorrupción del Partido Comunista de China (PCCh), en los cuatro años pasados cerca de 200.000 miembros del Partido y del gobierno han sido castigados por violar las reglas, muchos de los cuales ocupaban altos cargos”.

9. ¿Todavía existen colectivos maoístas en China?
El PCCH sigue teniendo a Mao como el gran presidente y líder o gran timonel, y el pueblo chino sigue teniendo como lugar de culto laico la visita a su tumba en Tian Anmen y también a su aldea natal.
Otra cosa es que una vez consolidada la revolución socialista que dirigió Mao, ya por el fin de los años ‘70 la orientación pragmática de Deng fue la que se siguió en los planes de gobierno. No es poca cosa tener que asegurar comida y subsistencia a 1.370 millones de personas, casi el 20 por ciento de la población mundial, con el 12 por ciento de las tierras cultivables del planeta.
Aunque no sea con las consignas maoístas sesentistas, los chinos están preocupados por atender a las necesidades del pueblo; siguen el principio de servir al pueblo de aquel líder.

Por supuesto que ellos seguramente estarán atentos a la lucha de clases y la lucha de líneas al interior del partido y el Estado, que nunca cesa. Saben que derrotaron al intento de restauración capitalista cuando reprimieron el motín contrarrevolucionario en Tiananmen, en junio de 1989 (gran diferencia con lo ocurrido en Alemania del Este pocos meses después). Pero en la etapa de transición socialista, que dura largo tiempo, no se puede relajar la lucha de clases y la dictadura del proletariado, sino puede pasar lo que en la URSS.
Y China tiene que estar atenta a esa lucha de clases, máxime cuando se abre al capital extranjero, que inevitablemente lleva las lacras del capital, la corrupción, el narcotráfico, el lavado de dinero. No hacer reformas y no abrirse al capital extranjero para un país socialista puede ser morir de inanición y de frío; pero abrirse a ese capital y bajar la guardia puede ser morirse en la hoguera del capitalismo. Por suerte los chinos están atentos a esas posibles desviaciones y hasta ahora han tenido una línea socialista.

10. ¿Cuáles son relaciones en China Popular y Cuba socialista?
Entre China y Cuba hubo distintas relaciones según los años. Al comienzo de ambas revoluciones hubo gran sintonía y ayuda mutua, a pesar de las distancias geográficas. Era el tiempo en que el Che Guevara fue a China y fue recibido por Mao. Luego hubo años de relativo alejamiento a raíz del conflicto ideológico de China con los dirigentes soviéticos del PCUS, cuando Fidel Castro tomó partido por Moscú. En los últimos veinticinco o treinta años ese vínculo se restableció al mejor nivel, con ayuda y aprendizaje recíproco. Hoy son dos partidos y dos gobiernos hermanos.

Por supuesto que China no solamente toma en consideración a Cuba sino que presta mucha atención a sus vínculos con Venezuela, Ecuador, Bolivia y demás países latinoamericanos, con los que tiene mayor afinidad política, y también con Brasil y Argentina, por razones comerciales.

11. ¿China ayuda de alguna forma al movimiento obrero?
No conozco en detalle eso. Creo que ayuda en el sentido de que el movimiento obrero en Argentina y el resto del mundo puede ver que el capitalismo y el imperialismo, si bien gobiernan en la mayor parte del mundo, no dictan la ley en todo el planeta. Que hay un país fuerte y grande, con mucha influencia internacional, China, que es un obstáculo a aquel plan de hegemonismo mundial que afecta a la paz internacional. Es una ayuda espiritual o político-ideológica. En algunos casos, como el del tren en África que te comentaba, la ayuda también es material o técnica, porque China entrena a los obreros y trabajadores africanos que tienen que conducir esos trenes.
Para mí la mayor ayuda que pueden dar los chinos a los obreros y al mundo es ayudar a frenar y derrotar los planes de dominación y guerras de Trump y el imperialismo.

12. Has ido a China tres veces ¿Qué te han parecido las experiencias?
Bueno, en realidad fui tres veces pero ya hace tiempo. La primera vez en 1983, la segunda en 1984 y la tercera en 1990, por invitaciones del Departamento Internacional del Comité Central del PCCh.
Lo que más llamaba la atención era el impresionante crecimiento de la economía y la construcción de edificios, rutas, puertos, avenidas de circunvalación, etc, con las grúas de la construcción elevándose al cielo, sin parar día y noche. Ahora se están viendo los frutos de ese avance económico que por supuesto agudizó los efectos de la contaminación, pero en este tema sé que China está aplicando correctivos y cumpliendo con las metas acordadas en las conferencias del Cambio Climático, las últimas en París y Marruecos, al revés de EE UU.
También impresionaba la organización política de esa nación, su disciplina, su contracción al trabajo, la honra de sus mártires, el apego a su cultura milenaria y su orgullo nacional. La revolución socialista dirigida por Mao y el PCCh logró despertar al gigante dormido de Asia, ese al que tanto temía Napoleón cuando pedía a las potencias de su época no despertarlo. Bueno, se despertó por esas luchas campesinas dirigidas por el partido del proletariado y sigue despierto hoy, en grado de una fuerte potencia socialista.

No sólo por su segundo lugar en la economía mundial y sus dos millones de soldados sino también por el avance de su ciencia y tecnología, que se evidencia en haber sido el tercer país en colocar al hombre en el espacio. Eso es extraordinario, partiendo de la base retrasada con 600 millones de habitantes con que arrancó el socialismo en 1949, de los que la mayoría eran campesinos analfabetos y semianalfabetos.
En mis tres viajes por ciudades importantes y por el interior siempre busqué y miré para saber si había gente que viviera en situación de calle, como en la mayoría de las ciudades argentinas. Y ví a muy poquitos; sí vi a gente humilde y pobre, que por lo que el propio Banco Mundial admitió, luego fue sacada de la pobreza.
A un amigo mío que viajó el año pasado a China le pregunté si había visto gente viviendo en las calles. Me dijo que en su largo viaje y muchos días allí él había contado solamente 12 personas. Esos son logros del socialismo, de avanzar en mejorar las condiciones de vida de la población.
Espero que pronto podamos ir a China nuevamente y conocer y estudiar en el lugar, actualizadamente, la situación de ese país socialista, y poder sacar nuevas conclusiones sobre China y la realidad internacional, los modelos socialistas, sus avances y contradicciones. Lo que ocurra con China tiene un grandísimo impacto internacional y hay que estar atentos a su próximo XIX Congreso Nacional del PCCh.

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